Redacción libre.

Un grupo de amigos se juntaron como todos los sábados en una casa abandonada para jugar al Juego de la copa. Era una noche perfecta para hacerlo, estrellada y luna llena.

La casa estaba muy mal cuidada, parecía venirse abajo, pero a ellos no les importaba. Jugaban en un gran salón, con una mesa redonda en el centro. Habían dos escaleras a los costados, pero era imposible subir ya que le faltaban varios escalones.

Llegó la hora del juego. Eran las dos de la mañana y empezaron a preguntar:

-¿Hay alguna presencia no física en esta habitación?

Nada pasaba. Insistieron reiteradas veces pero era un total fracaso.

Cuando estaban prácticamente resignados, la copa se movió. Ésta, letra por letra, marcó "váyanse", luego de esto, una silla de madera que estaba tirada voló de un extremo al otro y lo que parecía ser una noche tranquila, se transformó en una gran tormenta y los muchachos entraron en pánico.

Nunca les había pasado algo igual. De una de las escaleras se vió bajar una figura demoníaca.

El ente se dirigió hacia ellos y pudieron observar que lo que parecía ser un demonio, era la figura de una mujer.

De repente un grito agudo se escuchó en toda la casa, dejando prácticamente paralizados de terror a los chicos, solo uno reaccionó y salió corriendo.

Al día siguiente, el único que escapó volvió junto a policías y familiares. Al entrar, era todo cenizas, al parecer esa noche hubo un incendio y se dieron cuenta de que no era una casa, sinó una antigua iglesia. Mediante una escalera que consiguieron, subieron al primer piso y encontraron la capilla. En una de las paredes encontraron los cuerpos de los chicos, en posición como si hubiesen sido crucificados y estaban carbonizados.

Arriba, con sangre, estaba escrito: "La unica iglesia que ilumina, es la que arde"